28 febrero 2008

EL ESPACIO TERAPEUTICO


¿Qué intriga, no? Para los que no han ido, incluso para los que han ido alguna vez al psicólogo, la psicoterapia es un completo misterio. Tal vez esta idea que tengo, sólo se explica en que muchas personas creen que ir al psicólogo es conversar con “alguien que sabe más”.
Lamento decepcionarlos: no sé más. No sé más de la vida, que es –a fin de cuentas- de lo que se nutre la psicoterapia. De seguro hay muchas cosas que ni siquiera he vivido pues por muchas experiencias en común que tengamos, la tuya es completamente diferente de la mía.
Así me sucede como psicóloga cuando trabajo en psicoterapia con las personas que confían en mí: voy por donde me quieren llevar, enciendo la luz en los lugares que no desean ver, y “entro a picar” cuando iluminar es insuficiente. Cuando digo que “entro a picar” es cuando las técnicas se hacen presentes con mayor frecuencia. Ellas son mi ayuda y mi herramienta cuando el terreno se pone árido, cuando me invitan a pasar a una vida y curiosamente no me dejan entrar: eso si no han abandonado antes.
Me gusta entender la psicoterapia como un proceso que no es fácil para el corazón o para el espíritu, porque RE CONOCERSE requiere de harta valentía… me gusta entender la psicoterapia como un ENCUENTRO… me gusta decir que hay un estilo de psicoterapia según quién la practica y no sólo según la línea teórica en que se forma… y mucha más me gusta entender el espacio psicoterapéutico como una intriga, no sólo para el otro, también para mí…