31 julio 2011

BALANZAS IMPOSIBLES

Irónico.  (Por ponerle un nombre).  A veces nos hacemos trampas a nosotros mismos, como si nuestra intrincada naturaleza humana no fuera compleja ya en si misma…
Ese ejercicio absurdo en que se nos ocurre juntar y comparar mundos que son universos distintos… No hay una balanza que permita comparar los elementos de universos distintos…  No sé si desde la física cuántica se encuentre alguna respuesta.
NO HAY BALANZAS MAGICAS. ¿Por qué insistimos en querer saber cuánto pesamos?.  Porque siempre nos estamos comparando con algo más.  Y lo peor es compararnos con algo que no pertenece a nuestro universo. 
Siempre queremos saber cuánto valemos y lo irónico también está en que probablemente quien necesita esa respuesta no sabe cuánto vale.

14 julio 2011

CUÁL ES EL LIMITE (O QUÉ ES LO QUE VES)

El límite no es la ciudad que habitas, la casa que ocupas, o el cuerpo que te cobija… nada es mejor o peor… simplemente es la experiencia de cada quien
Los límites simplemente nos ayudan a orientar… nuestra vida o la de otros… aunque finalmente es cada quien el que toma el camino... o el lado del camino… o la vereda de enfrente…  lo que logramos y nos atrevemos a ver...

ABSOLUTAMENTE DE ACUERDO...


Estos Jodorowsky!!!

04 julio 2011

INVITANDO UNA COPA

Pensando en las copas compartidas por estos días...
Te invito una copa para que te fijes dónde pones el énfasis. Es una copa a medias.  ¿Entonces? ¿Aceptas?
Es la alegoría de la copa medio vacía o medio llena según quién la mire.  A veces nuestro ánimo es quien determina dónde ponemos la mirada, pero sobre el estado de ánimo puede haber un poquito de voluntad… el dónde QUIERO mirar.
Siempre nos falta algo para ser del todo felices. Más vacaciones, nuevos estudios, un poco más de dinero, que nos quieran un poquito más, que nos demuestren un poco más, que nos digan más seguido que nos quieren, un poco más de sal en la sopa, o un poco menos… y así, suma y sigue… pocas veces nos gustan las cosas como son.
La mitad vacía de la copa nos perturba, mascullamos en silencio nuestro deseo de que todo sea diferente y nos olvidamos del sabor, el aroma y el deleite que nos da su contenido. Cuando alguien nos saca del monólogo interno más encima respondemos mal, como si quien está a nuestro lado tuviese la culpa de todo lo que no tenemos, de todo lo que “nos falta”, que no es más que un deseo, una burbuja en el aire.  Por supuesto debemos desear para avanzar en el mundo, pero no desde la frustración ni del enojo, sino de la sabia paciencia de valorar y DISFRUTAR y ser QUIENES somos.