Vengo de un fin de semana lleno de emociones. Cumpliendo 7 años desde la llegada de mi primer hijo. El cliché de que el tiempo pasa rápido me resulta inevitable... y entonces vago en mis recuerdos de primeros llantos, desvelos, olores típicos de guagua y el reposo del sueño, en que me daba el gusto de maravillarme...
Sé que no todo depende de mí para que sean ellos, mis dos hijitos bellos, quienes encuentren razones para sonreír y confiar en las bondades de la vida, pero espero hacer todo lo posible para que logren enfrentar con entereza los obstáculos en el camino... y sepan que vale la pena.
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