La vida, la vida... tantos sabores... aromas... vivencias... y nos va armando y desarmando y nos volvemos a reconstruir porque de eso se trata... de tener 36, 60 0 100 años y seguir maravillándose con cosas simples, de dejarse atrapar por cosas complejas, de dejar que la vida acaricie o golpee porque así funciona... ella siempre sigue.
"Déjenme llorar" no es tanto el nombre de este post como el decidor nombre de una canción... por lo demás nominada a Grammy Latino 2012, como canción y como disco...
Hace unos días, veía una nota sobre los duelos en la televisión española, sobre la necesidad de que cuando perdemos a alguien, podamos llorar, o el lugar en donde pedimos ayuda sólo sea un lugar para que nos dejen gritar y no nos juzguen ni nos den esa sopa de letras conocida de que la vida sigue. Hace poco una familia perdió a su hijita de seis años y todos los días hay amores que conquistamos, que perdemos o que sólo deben dejarse ir.
Tan salvador un pañuelo, tan salvador un "sé fuerte", tan necesario un abrazo... tan definitiva la necesidad de sólo decir "Déjenme llorar"...
Y el rotundo mensaje de que la vida sigue, seguro que no como la conocíamos, pero siguiendo... siempre siguiendo...
28 septiembre 2012
25 septiembre 2012
CLAVOS QUE DEJAN HUELLA
Esta es la
historia de un muchachito que tenia muy mal caracter. Su padre le dio una bolsa
de clavos y le dijo que cada vez que perdiera la paciencia, deberia clavar un
clavo detras de la puerta.
El primer dia, el
muchacho clavo 37 clavos detras de la puerta. Las semanas que siguieron, a
medida que el aprendia a controlar su genio,clavaba cada vez menos clavos detras
de la puerta.
Un día descubrio
que era mas facil controlar su genio que clavar clavos detras de la puerta.
Llego el dia en que pudo controlar su caracter durante todo el dia.
Despues de
informar a su padre, este le sugirio que retirara un clavo cada dia que lograra
controlar su caracter.
Los dias pasaron
y el joven pudo anunciar a su padre que no quedaban mas clavos para retirar de
la puerta...
Su padre lo tomo
de la mano y lo llevo hasta la puerta. Le dijo: "has trabajado duro, hijo mio,
pero mira todos esos hoyos en la puerta.. Nunca mas sera la misma. Cada vez que
tu pierdes la paciencia, dejas cicatrices exactamente como las que aqui
ves. Tu puedes
insultar a alguien y retirar lo dicho, pero del modo como se lo digas lo
devastara, y la cicatriz perdurara para siempre. Una ofensa verbal es tan dañina
como una ofensa fisica"
Cuentos que te dicen algo, para días que te han hablado de las huellas...
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