La vida, la vida... tantos sabores... aromas... vivencias... y nos va armando y desarmando y nos volvemos a reconstruir porque de eso se trata... de tener 36, 60 0 100 años y seguir maravillándose con cosas simples, de dejarse atrapar por cosas complejas, de dejar que la vida acaricie o golpee porque así funciona... ella siempre sigue.
"Déjenme llorar" no es tanto el nombre de este post como el decidor nombre de una canción... por lo demás nominada a Grammy Latino 2012, como canción y como disco...
Hace unos días, veía una nota sobre los duelos en la televisión española, sobre la necesidad de que cuando perdemos a alguien, podamos llorar, o el lugar en donde pedimos ayuda sólo sea un lugar para que nos dejen gritar y no nos juzguen ni nos den esa sopa de letras conocida de que la vida sigue. Hace poco una familia perdió a su hijita de seis años y todos los días hay amores que conquistamos, que perdemos o que sólo deben dejarse ir.
Tan salvador un pañuelo, tan salvador un "sé fuerte", tan necesario un abrazo... tan definitiva la necesidad de sólo decir "Déjenme llorar"...
Y el rotundo mensaje de que la vida sigue, seguro que no como la conocíamos, pero siguiendo... siempre siguiendo...
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