La titulación de este posteo ni relación tiene con esa bella canción de Sinatra, no. Algo tiene que ver con llevar la vida a nuestra manera, pero sobretodo quiero que tenga que ver con el carácter y los niños de hoy. Incluso, -esta vez- me perdonarán pero es sobretodo acerca de las niñas.
Florencias, Matildas, Martinas, da lo mismo cómo se llamen -o tal vez no- que de esperarlas dulces como miel, sus padres han visto convertidos en verdad aquello de las canas verdes. Cada una con su universo, y algunas recién en medio de tempranos cuatro años.
Nos pasa como padres: nuestros tiempos son limitados, sacrificar espacios personales no siempre es un ejercicio fácil y si a eso le sumamos que a veces nos parece que est@s niñ@s de hoy no quieren hacernos caso, todo se pone peor.
Entendámonos: número 1, hay que conservar la calma. Número 2, hay que conservar la calma. Número 3, hay que conservar la calma.
También hay que recordar que si bien es cierto, queremos que nuestros hijos COMPRENDAN, no siempre nos tomamos la molestia para que lo hagan. Es más fácil enviarlos a su pieza, o darnos por vencidos dejando que hagan lo que dispusieron. En ambos casos, tomamos esos caminos extremos que son el estilo educativo autoritario, o el estilo permisivo. Lo curioso es que todos solemos declarar que nuestra apuesta es por la comprensión y por hablar...
Aquí es donde viene el desafío más grande: TOMARSE LA MOLESTIA. Me encantan estas tres palabras juntas. Encierran intención.
Por eso, Número 4, saber qué quiero dejar claro.
Cuando sabemos qué queremos que nuestr@ hij@ entienda, podemos cumplir con un objetivo. No siempre nos hará caso, razón por la que podemos prohibirle que disfrute eso que le gusta tanto: nuestra compañía, nuestros besos, el cuento de la noche. Aunque el hecho de que no haga caso, no quiere decir que no lo haya comprendido, sino que habrá una próxima vez en que si lo haga.
Bueno aquí también es cuando nos encontramos con algunos caracteres complejos de llevar, esos que son "my way", y el ingrediente a considerar hoy, además de los cambios que pueden hacer los padres, incluye el uso de esencias florales, Flores de Bach.
Entonces, tenemos papás que saben lo que quieren de estos angelitos, que les tendrán paciencia, los tratarán con respeto -porque es la mejor forma de enseñar acerca del respeto- y cuando no les hagan caso, les privarán de aquello que les gusta mucho, para lo cual hay que TOMARSE LA MOLESTIA de conocer a l@s hij@s.
Y acerca de la ayuda para los niñ@s, para que disminuyan su ansiedad, su impaciencia, su descontrol, su testarudez, su capacidad para aprender de la experiencia, entonces, opto por flores como impatiens, vervain, cherry plum, chesnut bud y por último, holly, para esas emociones más disfóricas que no nos dejan ver el amor.
Entonces, ¡buena suerte!
12 septiembre 2013
29 agosto 2013
DE LAS PIEZAS DEL ROMPECABEZAS DE LA VIDA
Yo comprendo que no resulta fácil, que el ejercicio del desapego es eludido de muchas formas.
Me aferro a las personas, a las cosas, a los afectos, a las sensaciones, al deseo de triunfo, y de pronto nos parece que tantas cosas se derrumban... cuando nos sentimos despojados, rechazados, malheridos...
Me detengo. El sólo hecho de mencionar estas palabras me remece.
Respiro.
Me pienso como si la vida me hubiera dado una pieza del rompecabezas. No la puedo juzgar. No caigo en el juego de considerarla buena, mala, la mejor o la peor. Es la pieza que la vida me da... y que sólo cobra sentido cuando respeto esa vivencia como LO QUE ES. Me deshago de juzgarla y sigo viviendo mi vida. No me despojo, no me rechazo, no me hiero... porque nadie "me" despoja, ni "me" rechaza, ni "me" hiere. Sólo YO.
Y tomo mi pieza del rompecabezas... y sigo en este espacio que llamamos Vida.
Me aferro a las personas, a las cosas, a los afectos, a las sensaciones, al deseo de triunfo, y de pronto nos parece que tantas cosas se derrumban... cuando nos sentimos despojados, rechazados, malheridos...
Me detengo. El sólo hecho de mencionar estas palabras me remece.
Respiro.
Me pienso como si la vida me hubiera dado una pieza del rompecabezas. No la puedo juzgar. No caigo en el juego de considerarla buena, mala, la mejor o la peor. Es la pieza que la vida me da... y que sólo cobra sentido cuando respeto esa vivencia como LO QUE ES. Me deshago de juzgarla y sigo viviendo mi vida. No me despojo, no me rechazo, no me hiero... porque nadie "me" despoja, ni "me" rechaza, ni "me" hiere. Sólo YO.
Y tomo mi pieza del rompecabezas... y sigo en este espacio que llamamos Vida.
16 agosto 2013
22 julio 2013
LA CANCIÓN DEL ALMA. Tolba Phanem,mujer, poeta africana.
Cuando una mujer, en algunas tribus de África, sabe que está embarazada, va al bosque con algunas amigas y juntas oran y meditan hasta que pueden oír la canción del niño concebido.
Saben que cada alma tiene sus propias vibraciones y éstas expresan el sabor y la finalidad del nuevo niño. Cuando las mujeres sintonizan la melodía de la canción la cantan y la cantan. Después vuelven a la tribu y se la enseñan a todos sus miembros.
Cuando el niño nace, la comunidad se reúne y le cantan su canción. Más tarde, cuando el niño comienza su educación, el pueblo se reúne y canta la canción del niño. Cuando pasa los ritos de iniciación a la vida adulta y cuando contrae matrimonio la persona oye su canción. Finalmente cuando el alma va a dejar este mundo, la familia y el pueblo se reúnen por última vez alrededor de su cama y le cantan su canción.
En esta tribu africana hay otra ocasión en la que todos cantan al niño. Si a lo largo de su vida esta persona comete un crimen o un acto antisocial, el individuo es llamado al centro del pueblo y todos formando un gran círculo le cantan su canción.
La tribu reconoce que la corrección por la conducta antisocial no tiene que ser un castigo sino un acto de amor y el recordatorio de su identidad. Cuando uno reconoce su propia canción, no tiene deseo ni necesidad de hacer nada que perjudique a los otros.
Un amigo es alguien que conoce tu canción y te la canta cuando la has olvidado.
Los que te quieren no se dejan engañar por tus errores o por la imagen negativa que tienes de ti mismo. Recuerdan tu belleza cuando te sientes feo; tu inocencia cuando te sientes culpable y tu finalidad cuando te sientes confundido.
La vida tiene que recordarnos siempre cuando estamos en sintonía con nuestra canción original y cuando no lo estamos.
Saben que cada alma tiene sus propias vibraciones y éstas expresan el sabor y la finalidad del nuevo niño. Cuando las mujeres sintonizan la melodía de la canción la cantan y la cantan. Después vuelven a la tribu y se la enseñan a todos sus miembros.
Cuando el niño nace, la comunidad se reúne y le cantan su canción. Más tarde, cuando el niño comienza su educación, el pueblo se reúne y canta la canción del niño. Cuando pasa los ritos de iniciación a la vida adulta y cuando contrae matrimonio la persona oye su canción. Finalmente cuando el alma va a dejar este mundo, la familia y el pueblo se reúnen por última vez alrededor de su cama y le cantan su canción.
En esta tribu africana hay otra ocasión en la que todos cantan al niño. Si a lo largo de su vida esta persona comete un crimen o un acto antisocial, el individuo es llamado al centro del pueblo y todos formando un gran círculo le cantan su canción.
La tribu reconoce que la corrección por la conducta antisocial no tiene que ser un castigo sino un acto de amor y el recordatorio de su identidad. Cuando uno reconoce su propia canción, no tiene deseo ni necesidad de hacer nada que perjudique a los otros.
Un amigo es alguien que conoce tu canción y te la canta cuando la has olvidado.
Los que te quieren no se dejan engañar por tus errores o por la imagen negativa que tienes de ti mismo. Recuerdan tu belleza cuando te sientes feo; tu inocencia cuando te sientes culpable y tu finalidad cuando te sientes confundido.
La vida tiene que recordarnos siempre cuando estamos en sintonía con nuestra canción original y cuando no lo estamos.
15 julio 2013
CONSTRUIR FELICIDAD
Y quién no contribuya y ha salido de casa, que escuche esta canción a ver si se anima...
08 julio 2013
CONTRASTES DE ESPERANZA
Vengo de llenarme de risas silentes y ruidosas, de una arenga llena de simpatía que mi hijo de 6 años dedicaba a unas lombrices que mi otro hijo, el de 7, liberaba con total determinación en el jardín de la casa luego de que diéramos por terminado un experimento de naturaleza.
Rescaté esas palabras para un tuit, cuando caí en la cuenta de que llegaba como filosofía para cada ser humano que quisiera oírla. "¡Sean libres! ¡Vivan una vida simple y sobrevivan!" . Aunque un poco ascética en su segunda exclamación, el entusiasmo con que lo decía mi hijo, me hacía creer en que perfilaba para terapeuta... sin querer perfilarlo para nada -a ninguno de los dos- que no sea ser lo que su naturaleza y el respeto por sí mismos les llame a ser.
Eran palabras que me llenaban de esperanza, de fe en el buen vivir...
Y entonces me llega un cable a tierra. Un cable siempre sensible, que es una nota, un decir, y sobretodo un sentir...
Vinka Jackson tiene esa facilidad de sintonizarme con los contrastes, en sus notas en El Post. Esta vez hablando por una niña, que es también un poco ella misma y muchas más: Belén.
Una Belén irónicamente carente siquiera de un establo que le protegiera de los embates de la vida, evitables en todo caso. Una Belén para quién parece más válido en esta arenga, el concepto ¡SOBREVIVAN! -tan apasionadamente lanzada al viento en un jardín. Y en donde esta invitación a la sobrevivencia de las muchas Belén que existen, requiere de un llamado que también sea oído por quienes deben cuidar de ella ahora, que somos TODOS.
Ella tiene sus contrastes y aún así me niego a desterrarla.
ESPERANZA...
Soy una optimista sin remedio.
Rescaté esas palabras para un tuit, cuando caí en la cuenta de que llegaba como filosofía para cada ser humano que quisiera oírla. "¡Sean libres! ¡Vivan una vida simple y sobrevivan!" . Aunque un poco ascética en su segunda exclamación, el entusiasmo con que lo decía mi hijo, me hacía creer en que perfilaba para terapeuta... sin querer perfilarlo para nada -a ninguno de los dos- que no sea ser lo que su naturaleza y el respeto por sí mismos les llame a ser.
Eran palabras que me llenaban de esperanza, de fe en el buen vivir...
Y entonces me llega un cable a tierra. Un cable siempre sensible, que es una nota, un decir, y sobretodo un sentir...
Vinka Jackson tiene esa facilidad de sintonizarme con los contrastes, en sus notas en El Post. Esta vez hablando por una niña, que es también un poco ella misma y muchas más: Belén.
Una Belén irónicamente carente siquiera de un establo que le protegiera de los embates de la vida, evitables en todo caso. Una Belén para quién parece más válido en esta arenga, el concepto ¡SOBREVIVAN! -tan apasionadamente lanzada al viento en un jardín. Y en donde esta invitación a la sobrevivencia de las muchas Belén que existen, requiere de un llamado que también sea oído por quienes deben cuidar de ella ahora, que somos TODOS.
Ella tiene sus contrastes y aún así me niego a desterrarla.
ESPERANZA...
Soy una optimista sin remedio.
02 julio 2013
EL LADO BUENO DE LAS COSAS
El viernes recién pasado, que precedía a feriado, me di tiempo para disfrutar de una buena película. la quería ver desde hace rato y sí, se titula "El lado bueno de las cosas".
El lado bueno de las cosas parte de un modo complicado, con un hombre que viene saliendo de un centro de salud mental, después de descorazonarse por un engaño.
Y aunque ese sería largo tema donde quedarme dando vueltas, lo que quiero rescatar es precisamente cómo en medio del caos de reconstruirse a si mismo, situado en otro punto de su vida, todo comienza a recobrar sentido, todo vuelve a recuperar color.
Todos nos reconstruimos de diversos modos, todos sobrevivimos a situaciones diferentes del modo que nos es dado. Pero es un modo que nos trasciende, que se basa en la esencia que llevamos dentro.
"¡La vida te está retando!", le dice su padre. Y la verdad es que a todos la vida nos reta. Y no es fácil, a veces de verdad es una odisea sentarse a ver "El lado bueno de las cosas".
El lado bueno de las cosas parte de un modo complicado, con un hombre que viene saliendo de un centro de salud mental, después de descorazonarse por un engaño.
Y aunque ese sería largo tema donde quedarme dando vueltas, lo que quiero rescatar es precisamente cómo en medio del caos de reconstruirse a si mismo, situado en otro punto de su vida, todo comienza a recobrar sentido, todo vuelve a recuperar color.
Todos nos reconstruimos de diversos modos, todos sobrevivimos a situaciones diferentes del modo que nos es dado. Pero es un modo que nos trasciende, que se basa en la esencia que llevamos dentro.
"¡La vida te está retando!", le dice su padre. Y la verdad es que a todos la vida nos reta. Y no es fácil, a veces de verdad es una odisea sentarse a ver "El lado bueno de las cosas".
07 febrero 2013
EMOCIONARSE
Hay un par de palabras que reverberan en mí desde hace mucho
rato y de tal forma, que no he podido desasirme de ellas, y aquí vienen a
irrumpir este post.
Tienen que ver con la importancia de emocionarse en la
vida. Es tener la idea de que si hay
algo que te emociona, te marca a fuego, probablemente de un modo en que ni
siquiera imaginas, pero en su minuto te hace saber que está ahí.
Compasión y Conmoción. Tienen que ver con ser y estar. Ser
compasivo, estar conmovido. Y aquí se
revela lo obvio. Lo compasivo me
emociona, hasta de un modo algo lastimoso que me dan ganas de sacudir… la
pasividad puede volverse densa y es entonces cuando lo sutil se vuelve
necesario. Conmoverme –o conmoverse- se
despliega en toda su magnitud. Hacer
algo. Eso: ¡hacer algo!.
Si detenerme, reflexionar, pensar, me sirve para algo, es
precisamente para saber hacia dónde ir, hacia dónde debo moverme. Y esa emoción de ambas palabras vivas
confluyendo, le imprime sentido a lo que se intuía… y emociona, y te hace
sentir vivo, en contacto. Para retirarse y volver a atender la emoción.
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